Divertida historia llena de enredos, en la que Andrés Mejía Guzmán (padre), es el rico dueño de Editorial América, la más importante de Lima. A sus 42 años descubre que debido a un tumor le quedan pocos meses de vida. Casualmente conoce y se enamora de Fiorella, una chica tímida, soñadora, sin oficio, a la que hasta su propia madre le considera una "pobre diabla". Mejía Guzman desposa a la "pobre dibla" sin comunicarselo a su familia, pero al volver de su luna de miel, fallece antes de poder presentar a su esposa a sus familiares. Para éstos, la noticia del enlace es un duro golpe, a su orgullo y a sus intereses, ya que la mitad de la fortuana le pertenece ahora a la joven viuda.

La situación se hace más tensa cuando los abogados comunicacan que los herederos tendrán que vivir un año bajo el mismo techo y compartir la dirección del tabajo familiar.